Lengua 
¡Queridos hijos! Hoy también los invito a la oración. Yo siempre los estoy invitando, pero ustedes aún están muy lejos. Por eso, a partir de hoy, decídanse seriamente a dedicarle tiempo a Dios. Yo estoy con ustedes y deseo ensearles a orar con el corazón. En la oración con el corazón ustedes encontrarán a Dios. Por eso, hijitos, oren, oren, oren! Gracias por haber respondido a mi llamado!

25 de septiembre de 1989 [O] (Mensual)
25 de noviembre de 1989 [O] (Mensual)
 
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